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Ibn Simeón de hombre desnudo a gran imán

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Ibn Simeón de hombre desnudo a gran imán

Dios es capaz de cambiar destinos y universos de la noche a la mañana con una sola palabra (ser y ser), y hoy aprenderemos acerca de mis amados hijos en una de las historias más hermosas, en la que vemos la gran bondad y generosidad de Dios con Sus siervos justos, y hoy con la historia de Ibn Simeón de hombre desnudo a gran imán, y cómo no tenía nada, y fue a la peregrinación cuando no tenía nada para cubrirse, y luego se convirtió en un predicador y un gran imán.

Ibn Simeón de hombre desnudo a gran imán

Al principio de su vida y a temprana edad, el hijo de Simon trabajó como oficinista en Bagdad y le pagaron por ello.

Era justo con su madre y gastaba mucho en sí mismo y en ella de este trabajo, y un día escribió junto a su madre.

Él le dijo: “Espero hacer la peregrinación a la Sagrada Casa de Dios”.

Ella le dijo: “Hijo mío, ¿cómo puedes hacer una peregrinación sin dinero?”

Su madre se durmió y se despertó una hora más tarde y le dijo: “Hijo mío, Hayy”.

Él le dijo: “Me negué antes de acostarme y luego aceptaste después de que te despertaste”.

Ella dijo: “Vi al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y me dijo: ‘Déjalo ir a la peregrinación, porque es bueno para él en su peregrinación en este mundo y en el Más Allá'”.

El hijo de Simón se regocijó con esta visión prometedora, vendió sus cuadernos y le dio a su madre el precio para que lo gastara en su ausencia, y se fue en peregrinación con los peregrinos.

El viaje de transformación en el Hayy de un hombre desnudo al gran imán y predicador Ibn Simeón

Los peregrinos llegaron al Miqat (el lugar donde está prohibido para cualquier peregrino que tenga la intención de entrar en el Hajj).

Así que a todos los peregrinos se les prohibió y tomaron la intención de realizar los rituales, y vistieron las ropas de Ihram.

Pero el hijo de Simón no tenía la consagración ritual para usarlo, por lo que permaneció desnudo y escondido, y fue tan paciente como pudo.

Cuando tuvo hambre y no pudo soportarlo más, fue a buscar gente para comer con los peregrinos, y los miró, pero se avergonzó de pedirles comida.

Se volvieron hacia él y le dieron un pedazo de pan, con el que tuvo que lidiar todo el día.

Ibn Simeón encontró una túnica extra con un hombre, y le dijo: “Dámela para esconderla, y él se la dio, y se puso la mitad en el hombro y la otra mitad en la cintura, y la hizo prohibida”.

Entrar en la Kaaba y rezar a Dios Todopoderoso

Ibn Simón entró en La Meca y le pidió a uno de los Banu Shaybah (que tenía la llave de la Kaaba) que entrara en la Kaaba.

Le habló de su pobreza y de que deseaba entrar en la Kaaba hacía mucho tiempo.

Lo llevó a la Kaaba después de que la gente se hubiera ido, y le cerró la puerta.

Ibn Simón clamó a Allah, diciendo: “Oh Dios, tú sabes que no quieres informarme de mi condición, Oh Dios, bendíceme con una vida de la que pueda prescindir de preguntar a la gente”.

Ibn Simeón le oyó decir a sus espaldas: “Oh Allah, concédele una vida sin dificultades”.

El hijo de Simón se volvió detrás de él, pero no encontró a nadie, y esta voz se repitió tres veces.

De pobre a gran científico

Ibn Simón estaba interesado en buscar el conocimiento, hasta que se convirtió en uno de los grandes eruditos y se convirtió en un famoso predicador.

Contaba su historia a sus alumnos en las clases y en los círculos científicos, y recordaba un día en que estaba en La Meca sin ropa.

Les dice a sus alumnos: “Hoy llevo lo que ustedes ven, y bueno es lo que ustedes saben”.

Ibn Simeón vestía las mejores ropas y perfumaba con los mejores perfumes.)

Esto es para hablar de la gracia de Dios que Él le ha concedido.

Lecciones aprendidas

  • Honrar a los padres abre las puertas de la felicidad y la bondad al hombre.
  • Rezar a Allah por Sus nombres y atributos, y mencionar nuestra pobreza por Él y nuestra necesidad de Él.
  • Buena fe en Dios.
  • Quien tema a Alá le proveerá de donde no cuenta.
  • El que confía en Dios lo enriquecerá y lo bastará.

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